El proyecto de reforma tributaria que el Gobierno enviará al Congreso luego de las elecciones legislativas apunta a simplificar el sistema impositivo argentino, reducir la presión fiscal y eliminar tributos distorsivos. Entre los cambios más relevantes se destacan la baja del Impuesto a las Ganancias y la creación de un “IVA dividido” o “Súper IVA” que reemplazaría gradualmente el Impuesto sobre los Ingresos Brutos.
Durante una entrevista en el streaming La Casa, días atrás el ministro de Economía Luis Caputo adelantó que la idea oficial es “dividir el IVA entre Nación y provincias”, generando un esquema de competencia impositiva.
“Lo vamos a dividir (el IVA) entre nacional y provincial. Nosotros cobraríamos el 9% sobre el 21%”, explicó el funcionario.
El objetivo sería que cada provincia perciba una parte del IVA, reduciendo así su dependencia del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, considerado por el Gobierno y los economistas como uno de los tributos más distorsivos del sistema actual.
La medida busca unificar bases imponibles, simplificar la administración tributaria y fomentar la inversión y el empleo mediante la reducción de la carga impositiva sobre la producción y el consumo, según indica Infobae.
Según adelantó Caputo, los gobernadores son conscientes de que deberán reducir progresivamente el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, uno de los principales gravámenes provinciales pero también uno de los más criticados por su efecto “en cascada”.
Con el nuevo esquema, las provincias recibirían su parte del IVA de forma automática, garantizando recursos sin necesidad de aplicar Ingresos Brutos sobre cada etapa de la cadena productiva.
La transición implicaría un acuerdo fiscal entre Nación y provincias que redefiniría la coparticipación y los mecanismos de recaudación.
Desde el Ministerio de Economía confirmaron que la reforma tributaria incluirá además una revisión integral de los regímenes especiales y promocionales vigentes. La subsecretaria de Ingresos Públicos, Claudia Balestrini, sostuvo que cada beneficio fiscal “debe estar asociado a una política pública concreta y a una necesidad real”.
La intención oficial es eliminar excepciones innecesarias y consolidar un sistema impositivo más simple, uniforme y transparente, en línea con los compromisos asumidos en el Consejo de Mayo.
En paralelo, el Gobierno prevé bajar el Impuesto a las Ganancias para personas humanas, mediante la suba del Mínimo No Imponible y las deducciones personales, con el fin de aliviar el impacto sobre los asalariados y jubilados.
El tributarista César Litvin señaló que “la única baja real en Ganancias es elevar el mínimo y actualizar deducciones como servicio doméstico, alquiler o créditos hipotecarios”.
Sin embargo, el Ejecutivo reconoce que esta reducción afectará la recaudación coparticipable, motivo por el cual el nuevo esquema de IVA y la eliminación de Ingresos Brutos son claves para compensar esa pérdida fiscal.
La combinación del “IVA dividido”, la eliminación progresiva de Ingresos Brutos y la revisión de beneficios fiscales marcará uno de los pilares centrales de la reforma tributaria que Luis Caputo enviará al Congreso tras las elecciones.
El objetivo final es simplificar el sistema, bajar impuestos y mejorar la competitividad, en línea con la política económica del presidente Javier Milei, quien busca consolidar la segunda etapa de su gobierno con reformas estructurales en materia fiscal, laboral y previsional.